Los frailes capuchinos españoles llegaron a Guatemala en 1956. En 1963 el Señor Arzobispo de Guatemala, Mons. Mariano Rosell y Arellano, dio su concentimiento para que los frailes fundaran una presencia en la ciudad capital. Se encontró en la zona 6 una casa con jardín y amplio terreno para edificar una futura iglesia.
El primer templo parroquial, sencillo pero suficiente para las necesidades de los feligreses, fue bendecido el 31 de mayo de 1967, que coincidió con la Solemnidad de Corpus Christi. Ese templo es el ahora llamado "Salón San Francisco". Meses despues, Corpus Christi se desmembró de la Parroquia La Cruz del Milagro, siendo así fundada la nueva Parroquia Corpus Christi el 29 de octubre de 1967 por Mons. Mario Cardenal Casariego.
Por iniciativa de Fray Jose Antonio Marquez, en 1968 se comenzó la construcción del actual templo parroquial, el cual fue inaugurado el 28 de abril de 1973.
La Parroquia Corpus Christi cuenta con otros dos templos: La Inmaculada Concepcion, en la Col. Quintanal, bendecido el 8 de diciembre de 2008. Y el Templo Madre del Buen Pastor, que se encuentra en la Residencial Melgar Díaz.
La naturaleza del cristianismo consiste en reconocer la presencia de Jesucristo y seguirlo. Ésa fue la hermosa experiencia de aquellos primeros discípulos que, encontrando a Jesús, quedaron fascinados y llenos de estupor ante la excepcionalidad de quien les hablaba, ante el modo cómo los trataba, correspondiendo al hambre y sed de vida que había en sus corazones (DA 244). Deseamos que la liturgia, el sevicio pastoral y el encuentro entre hermanos nos conduzca siempre al Señor.
Dios es amor, y uno de los mejores caminos para conducir a otros hacia Él es mostrar un amor genuino e incondicional hacia los demás. La forma más poderosa de inspirar a otros es vivir una vida que refleje los valores cristianos: amor, compasión, perdón, humildad y servicio.
Queremos acercar el mensaje de amor, salvación y esperanza que Jesús nos ofrece a todos, especialmente a aquellos que no conocen a Cristo, o que, conociendolo, se han alejado de la Iglesia.
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Las Parroquias son el lugar privilegiado en el que la mayoría de los fieles tienen una experiencia concreta de Cristo y la comunión eclesial. Están llamadas a ser casas y escuelas de comunión. Es por ello que todos los miembros de la comunidad parroquial son responsables de la evangelización en cada ambiente. La acción del Espíritu Santo no se limita al ámbito individual, sino que abre siempre las comunidades a la tarea misionera (cf. DA 170-171).
